Fresco o enlatado, este pescado aporta dos elementos reconstructivos importantes: las proteínas y los ácidos grasos como el Omega-3. La primeras regeneran a los músculos después de una intensa competencia, reparan los huesos, ligamentos y tendones. Generalmente olvidamos que regenerar una lesión significa producir nuevas células. Tu cuerpo necesita proteínas para construir estas células. La recomendación para todos los corredores es consumir proteínas en cada alimento del día. Los que padecen alguna lesión deben agregar hasta cuatro o cinco porciones más de productos bajos en grasa como la clara de huevo y el pavo magro.
En el salmón, los dos gramos de ácidos grasos en una porción de 113 gramos lo hacen doblemente valioso. "El Omega-3 es significativamente antiinflamatorio", explica Grotto. "Comer pescado con alto contenido de Omega-3, o consumir algún suplemento, reduce la inflamación mucho más rápido que un cubo de hielo". La inflamación es un proceso natural que ocurre cuando los desechos generados en el mismo proceso de curación se acumulan en la herida. El "milagroso" Omega-3 elimina esos elementos y facilita la reconstrucción de las heridas. Sustitutos: pescado azul, linaza, nueces de Castilla.
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